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Ciencias Económicas y Administrativas Apuntes de Clase por Luis Eduardo Ayala Ruiz - Profesor Ramiro Arias Amaya - Ingeniero de Sistemas |
EL Pensamiento Estratégico en las Empresas: 1970 - 2000 ... |
En las últimas tres decadas del
siglo XX hemos visto, en el campo de la Administración, el advenimiento y la
desaparición de muchas teorías y modas que han creado estilos de
dirección estratégica en las empresas. Las compañías constantemente se enfrentan
a alternativas que implican seguir la moda, aferrarse a la tradición o retar el
pasado y buscar nuevas perspectivas para un mundo que está cambiando
aceleradamente.
En el campo de la dirección estratégica, tres estilos han dominado la escena
en las tres últimas decadas y han surgido como un desarrollo de la teoría
administrativa contemporánea en respuesta a las condiciones sociales y
económicas de su época. Cada uno tuvo fortalezas pero también tuvieron sus
debilidades. Esos estilos, adoptados por las empresas del mundo en diferentes
períodos de tiempo según su etapa de evolución, han sido :
El Estilo de
Planeación Suponiendo que las herramientas se usaran correctamente, el estilo de
planeación trazaba un camino para alcanzar objetivos futuros y creaba las
escalas contra las cuales se medían los resultados. Las empresas se enfrascaron
en la planeación estratégica y produjeron planes que en la práctica no eran otra
cosa que una versión ampliada de los objetivos financieros. Estos planes se
esforzaban en la precisión de las cifras pero eran superficiales en cuanto a la
estrategia propiamente dicha. El mundo occidental entró en una recesión (1973-1975), vivió dos crisis
petroleras (1970 y 1974) y presenció la terminación de la guerra de Vietnam
(1975), la desaceleración de la carrera espacial, el surgimiento de Japón como
una potencia manufacturera, el surgimiento del mito de una nueva técnica
japonesa de administración y el papel restrictivo que tuvo el poder de los
sindicatos.
En general, muchas empresas perdieron su enfoque y su contacto con la
realidad, especialmente con sus clientes. La sobredependencia de las
herramientas de análisis llevaron a una parálisis generada por la obsesión por
el análisis y se vieron empresas incapaces de dar un paso sin que las piezas de
su rompecabezas estuvieran todas puestas en su lugar. Las empresas se atascaron
en medio de la rigidez que le dieron al plan de negocios, lo que se convirtió en
la mejor receta para producir desastres empresariales. (Recuerdese que la IBM fue declarada muerta en 1979 y que empresas
de la talla del Bank of América, Citicorp, Du Pont, General
Motors (GM) e Intel estaban en cuidados
intensivos).
Bien empleado el estilo visionario le llevó optimismo a unas fuerzas
laborales sumidas en el pesimismo causado por la situación económica de la
década anterior. Este estilo creó en las empresas la sensación que tenían un
norte y en la gente un aliciente para luchar por el logro de sus aspiraciones.
Sin embargo, como en el modelo de planeación, muchos gerentes fueron
superficiales en la creación de la visión y su ligereza no le prestó un buen
servicio al proceso. La visión que ellos trataron de vender fue tan ambigua, que
no se distinguía de las declaraciones sobre la misión de la empresa, hasta el
punto de ser ignorada o ridiculizada. Con márgenes de utilidad decrecientes, sin liquidez, sin flexibilidad en la
producción, con estructuras corporativas todavía de mando y control, muchas
empresas fueron incapaces de responder a las necesidades cambiantes de los
clientes o a las condiciones del mercado. Una vez más, el atascamiento produjo
el fracaso empresarial.
Muchos de los espasmos empresariales de las décadas de los ochentas y de los
noventas, ocurrieron en aquellas empresas de gerencia zigzagueante, que sin
mayor análisis de situación, pasaron de una moda a otra: siguieron hoy a los
gurus de la excelencia y después a los de la calidad, la reingeniería, la
competencia, para seguir luego a los del cambio, la delegación, la renovación,
la reinvención, la reducción de tamaño, la virtualidad, la cultura, el caos, el
justo a tiempo y la transformación. Empresas como Ford, Shell, Harley Davidson, Hewlett-Packard, Chrysler, EDS, FedEx
e Intel, junto con el MIT, descubrieron la importancia del aprendizaje
institucional duradero y crearon la Sociedad para el
Aprendizaje Institucional. Ellos comprendieron que debían reforzar la
habilidad de las personas para que dejaran de ser aportantes a los problemas de
la empresa y abandonaran su papel de bomberos extinguiendo constantemente
incendios a medida que sus gerentes salían de una crisis para entrar en otra.
Empresas como éstas entendieron la importancia de crear una comunidad de
líderes y de aprendices ( Peter Senge, MIT ), lo que exije desarrollar líderes
de línea, que son gerentes capaces de introducir y aplicar nuevas ideas, también
líderes ejecutivos de alto nivel que dirijan el cambio cultural, enlaces
internos que se desplacen por la organización difundiendo y fomentando el
compromiso con las nuevas ideas y prácticas. La creación de comunidades de
aprendices es el otro frente que se han empeñado en desarrollar y esto implica
la investigación disciplinada, el mejoramiento de las capaciades y conocimientos
de la gente, formar gente que trabaje en equipo para lograr resultados prácticos
y absorber conocimientos prácticos. La década de los noventas y el siglo veinte terminan dejando tras de sí una
crisis económica que afecta a una tercera parte de los países del mundo. En 1997
el milagro del crecimiento económico de los "tigres" del sureste asiático se
frenó bruscamente. Primero fue Tailandia (Julio, 1997), con una devaluación de
su moneda, el baht, del 15%; luego el virus financiero se propagó de
inmediato a Malasia, Singapur, Indonesia y Filipinas. Poco después Corea del
Sur, Japón, Hong Kong y China se vieron afectados por una crisis asiática que se
convirtió en un verdadero colapso. Se desdibujó el mito del "modelo asiático".
La crisis de Asia ya se propagó a América Latina. En enero de 1999 Brasil
devaluó su moneda el real en un 35% sacudiendo las bolsas de valores
latinoamericanas, acelerando su plan de ajuste fiscal y la toma de un crédito
del Fondo Monetario Internacional por 41.500 millones de dólares para ayudar a
enjugar su abultado déficit fiscal. La economía Argentina inició 1999 mostrando
señales de estar desacelerándose, vendió a los españoles por 2 mil millones de
dolares el 15% de su petrolera YPF y propuso eliminar su moneda el peso y
adoptar el dólar mediante un tratado monetario con los Estados Unidos, todo
buscando evitar la devaluación de su divisa y el contagio de su vecino Brasil.
Cuando se desplomaron los mercados de Asia, los valores más cotizados en Estados
Unidos también sufrieron, y lo mismo ocurrió en China, Suiza, Rusia y Alemania.
La crisis económica mundial todavía no ha tocado fondo. Probablemente en éste
año de 1999, Rusia y América Latina se sumirán en la recesión. Esperamos que
China no siga por el mismo camino. Estados Unidos bajó en 1998 sus tasas de
interés, para limitar y prevenir cualquier recesión futura posible. Las
esperanzas se cifran en que Wall Street no se desplome, en el lanzamiento del
Euro y del nuevo Banco Central de Europa con sede en Francfort, Alemania. La
lección es que hoy en día, el mundo tiene una economía interconectada donde cada
quien tiene sus mecanismos de mercado competitivos. Economistas contemporáneos
tan destacados como Jeffrey Sachs, Paul Krugman y Joseph Stiglitz opinan que es
necesario reinventar la economía del mundo.
Rowan Gibson: " Lo cierto es que el futuro no será una continuación del
pasado sino una serie de discontinuidades".
Charles
Handy: "No se puede mirar el futuro como una continuación del
pasado...porque el futuro va a ser diferente. Y realmente tenemos que lograr
desaprender nuestra manera de manejar el pasado para poder manejar el futuro".
Peter Senge: "Debemos dejar de pensar en lo que vamos a hacer analizando lo
que hemos hecho".
Michael Hammer: "Si pensamos que somos buenos, estamos muertos. El éxito en
el pasado no significa éxito en el futuro... Las fórmulas para el éxito de ayer
son garantía de fracaso para el mañana".
C.K.Prahalad:
"Si queremos escapar de la atracción gravitacional del pasado tenemos que ser
capaces de replantear nuestras propias ortodoxias. Debemos volver a generar
nuestras estrategias esenciales y replantear nuestras creencias fundamentales
sobre cómo vamos a competir".
En la década de los 60´s y a principios de los
70´s había un sentimiento general de seguridad y de estabilidad. Fue una época
de muchas empresas de éxito, de una poderosa economía de postguerra y de unas
sociedades unidas por poderosas instituciones (el gobierno, la iglesia, la
familia, la ley). Rowan Gibson (consultor independiente), describe a las
empresas de esas décadas, como viajando por una autopista sin límites y en un
lujoso automóvil. Las empresas creían que el futuro les pertenecía y que podían
conducir hacia él con piloto automático.
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No era extraño entonces que en esa época
tuviera origen la proliferación de herramientas de planeación y análisis, como
fueron las técnicas de análisis del
portafolio, y entre ellas las más utilizadas fueron la matriz
crecimiento-participación en el mercado del Grupo de Boston (BCG) y a la matriz tres por tres atribuída por algunos a la General Electric (GE) y por otros a McKinsey & Co. o a la Shell. La creencia generalizada era que
las economías, los mercados y los clientes se comportaban de manera lógica y
predecible. La estrategia se abordaba como la armada de un rompecabezas, donde
la respuesta correcta a la solución del problema se basaba en la aplicación de
herramientas de planeación estratégica.
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En la medida en que los análisis parecían producir
respuestas acertadas, estos planes se volvían inflexibles e inmodificables, sin
importar que se estuvieran presentando cambios en las condiciones económicas o
del mercado. Muchas empresas no pudieron reaccionar ante la desestabilización de
las economías y de los mercados, situación que ocurrió a mediados de la década
de los setentas.
El Estilo
Visionario La década de los ochentas
se caracterizó por una ideología conservadora, por las desregularización, por un
enfasís en el individuo y en la habilidad del empresario. A medida que los
modelos de planeación estratégica cayeron en desgracia (1983) -- ver Los Juegos de
Guerra -- las organizaciones más exitosas fueron aquellas que rompieron con
los viejos moldes, que no extrapolaron linealmente el presente sino que crearon
una visión del futuro. Desarrolle una visión
inspiradora fue el lema de la época. Los lideres visionarios fueron
la inspiración de sus empresas cuando describieron lo que podría ser posible y
no se empecinaron en seguir lo que los modelos analíticos les delineaban
detalladamente.
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Después del Lunes
Negro (19 Oct 1987), cuando las economias, los mercados, las acciones
y los precios de la propiedad raiz empezaron a caer (ese día los inversionistas
perdieron en conjunto cerca de un trillón de dólares), muchos de los lideres
visionarios fueron incapaces de crear nuevas visiones o de motivar a la gente
para evitar que ellas y sus empresas cayeran en el abismo. Esa ambiguedad creada
por una visión inapropiada fue tan funesta como la producida por la
inflexibilidad en la ejecución del plan corporativo.
El Estilo del
Aprendizaje En los primeros años de la
década de los noventas, surgieron nuevos lideres que sortearon exitosamente el
caos que estaba produciendo las demandas de unos consumidores más sofisticados,
nuevas formas de competencia, el poder de la tecnología, unos mercados
financieros impredecibles y unas políticas económicas de choque. Las compañías
que respondieron a éstas nuevas condiciones desbloqueando sus estructuras y
procesos, liberando a sus empleados de la rigidez de los manuales, dándoles
sistemas de soporte, creando comunidades de lideres y aprendices, pudieron
sortear las situaciones súbitamente cambiantes y mantener el buen desempeño de
sus negocios. Otros en cambio, cayeron en una trayectoria errática, fueron
incapaces de sobrevivir a la tensión de los cambios aparentemente inexplicables
de la demanda y adoptaron una variedad cambiante de medicinas:
Empresas que habían adoptado la noción en voga en los
años ochentas que la gente era un activo, se pasaron de pronto al otro extremo y
en los años noventa empezaron a manejar a la gente como un pasivo.
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Justo a tiempo,
restructuración, reingeniería, fueron las cortinas de humo para adelgazar las
organizaciones reduciendo personal y costos. Aquellas empresas incapaces de
innovar, se alinearon con la estrategia de competir solamente con precios.
Refraseando a C.K.Prahalad
(Universidad de Michigan):
"...la reducción de tamaño fue como una anorexia corporativa, nos
hizo más frugales y más delgados pero no necesariamente más sanos.
Fundamentalmente necesitabamos crecer y necesitabamos cambiar. Teníamos que
construir el futuro músculo y nos dedicamos sólo a quitar la grasa
corporativa."
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Este enfoque les está permitiendo constantemente estar
monitoreando y reaccionando a lo que está ocuriendo, encauzando la inteligencia
y el espíritu de la gente en todos los niveles de la organización para asegurar
la innovación, la difusión contínua de conocimientos, el experimentar nuevas
maneras de hacer las cosas que es lo que Henry Mintzberg
(McGill University, Canadá) llamó el enfoque del
aprendizaje de la gerencia estratégica.
¿...Y qué vendrá
después?
Las herramientas analíticas seguirán aportando una
información muy valiosa para las decisiones gerenciales. Tener ambiciones
seguirá siendo fundamento para la motivación y el establecimiento de metas. La
teoría del caos seguirá enseñándonos que la vida real no se compone de una serie
de acontecimientos interconectados que se suceden uno detrás de otro y que
producen acontecimientos totalmente predecibles. La aplicación de la teoría del
aprendizaje sirve para generar ventajas competitivas mediante un menor control y
un mayor aprendizaje, es decir, creando y compartiendo nuevos conocimientos. En
suma, lo positivo de los estilos anteriores se adaptará a los nuevos tiempos
pero no desaparecerá. Pero a medida que nuestro mundo se vuelve cada vez más
complejo e interdependiente ¿cómo vamos a enfrentarnos a un cambio que es cada
vez más no-lineal, discontinuo e impredecible?
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Cuando el poeta español Antonio Machado
(1875-1939 ) escribía: " ...caminante, no hay camino, se hace camino al andar",
probablemente nos estaba invitando a abandonar esa arraigada visión newtoniana
del mundo donde pensabamos que hasta cierto punto todo lo podiamos controlar,
ordenar y predecir. Ayer Machado, hoy Gibson, Handy, Senge,
Hammer y Prahalad dicen que
el camino se acabó aquí y que hay ir construyendo uno nuevo. Veamos:
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La guía de viaje para el siglo XXI ,que se deduce del
pensamiento de los filósofos contemporáneos de cultura empresarial del mundo,
parece ser la siguiente:
Los que guían nuestras organizaciones, nuestra
sociedad y nuestra vida personal.
A la luz de los cambios fundamentales que
están teniendo lugar en la naturaleza de la competencia.
Creando un nuevo modo de operar
las organizaciones basado en procesos de alto rendimiento e individuos en
quienes se ha delegado la facultad de tomar decisiones.
Viéndolo como una manera de liberar el poder
intelectual de la organización y de generar capital intelectual.
Analizando el impacto de las fuerzas demográficas
dominantes, la tecnología y la revolución que está causando en los canales de
distribución, los cambios en la naturaleza del cliente y el papel esencial del
mercadeo en la relación cliente-empresa.
En base a los cambios en la naturaleza de la
competencia económica a nivel mundial, de la interconexión de las economías,
del potencial de China, del predominio de las grandes redes organizacionales
en lugar de las grandes estructuras, de la educación y de las habilidades de
los trabajadores como arma competitiva dominante, de la desaparición de un
mundo unipolar con un poder económico, político o militar predominante, de no
seguir entendiendo los negocios siguiendo los viejos modelos de la era
industrial, sino más bien entendiéndolos como una ecología de organismos.
¿Y cómo llamaremos el
estilo de estrategia gerencial del nuevo siglo que ya llegó? Probablemente el
estilo de la velocidad. Philip Kotler dice:
"...la velocidad será crucial. Los competidores se mueven rápido.
Las apariciones de la oportunidad en el mercado son cada vez más cortas y los
clientes quieren las cosas ya."
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